Siempre aprenderemos, tanto en las mareas ‘altas’ como en las ‘bajas’
A veces reímos y en otras ocasiones lloramos. Sin embargo, tanto en las mareas ‘altas’ como en las ‘bajas’ experimentamos grandes lecciones que en últimas hacen que todo lo vivido se transforme en aprendizaje.
¡Así es la vida!
Algunas mareas nos ponen al límite, pero también nos dan la oportunidad de demostrar de qué pasta estamos hechos.
Durante estos últimos meses hemos afrontado todo tipo de experiencias y de emociones, las cuales nos han hecho pasar por días complicados. Sin embargo, hemos vivido lindos días en los que hemos podido derrotar al escepticismo.
Hay épocas sombrías y otras brillantes. Si todo fuera igual sería aburrido y nada tendría chispa.
Para seguir adelante hay que salir del círculo vicioso de los pensamientos de tristeza y entender que ellos hacen parte del camino.
De nosotros depende tomar la decisión de enfrentar todo con la mayor entereza posible.
La clave de la existencia consiste en no permitir que los cambios súbitos afecten demasiado nuestro entorno personal o nuestra salud mental.
La emergencia sanitaria nos ha demostrado que todo puede quedar ‘patas arriba’ en un santiamén; pero al mismo tiempo nos ha permitido descubrir nuestras fortalezas.
Hoy somos más tenaces que ayer. También hemos valorado la salud, la familia e incluso se podría decir que entendimos qué es eso de la solidaridad.
Dicho de una manera más sencilla: no debemos permitir que las denominadas etapas ‘malas’ influyan tanto en nuestra vida sino que, por el contrario, le miremos el lado positivo a todo.
Si bien las ‘mareas altas’ nos hacen tocar el cielo, también las ‘bajas’ nos dan la posibilidad de renacer.
Claro que hay que ser realistas y entender que no todo es ‘color de rosa’. De igual forma, cuando la cosa se pone ‘color de hormiga’ podemos demostrarnos a nosotros mismos y a los demás que somos resistentes y que podemos sobrevivir a pesar de las adversidades.
Cada día, cada prueba y cada reto nos permite madurar y seguir avanzando. No se puede tener a la pandemia como una excusa, porque ‘con’ o ‘sin’ ella las oportunidades siguen a la orden del día.
Nadie ha venido a este mundo a sufrir. Y lo que realmente garantiza que vivamos bien es la decisión que tengamos a la hora de enfrentar el ‘día a día’ con valor y decoro.
Lo demás es el trabajo sobre nosotros mismos, la preparación y el esfuerzo que supone desarrollar un proyecto de vida en el que, de manera paulatina, nos vayamos superando paso a paso.
Gocemos de los ‘buenos’ momentos, valorémoslos y demos gracias a Dios por ellos; pero hay que hacer lo propio con los ‘malos’ momentos, porque con seguridad de todos ellos aprenderemos algo. Esta ha sido una temporada dura, pero aún así podemos ser felices.
REFLEXIONES CORTAS
* Cuando toda esta ‘pesadilla’ acabe ame más, dé más abrazos, bese más, quiera más y sonría más; es decir, viva de verdad cada momento.
* Solemos vivir en un mundo en donde muchas personas juzgan, critican y se espantan de lo mismo que ellas hacen a escondidas.
* Sea sordo ante los chismes, pues ellos son palabras necias que no ayudan para nada y, en cambio, hacen demasiado daño. Además, el que refrena sus labios es prudente.
* No se puede hacer nada para cambiar lo que ya pasó, pero sí se puede hacer mucho para cambiar lo que viene.
* Un día de preocupación es más agotador que un día de trabajo. ¡No se afane tanto!
* Con el tiempo, lo que hoy es difícil mañana será una conquista. Trabaje por lo que realmente le llena el alma y tenga la virtud de saber esperar. Recuerde que todo lo que tiene que ser, será.
* Evite a las personas negativas; siempre tienen un problema para cada solución.
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