Turismo extremo en México: pagan para dormir colgados en una hamaca a 30 metros de altura
Sobre una colina que domina un gran valle se encuentra el Centro Vacacional El Salto, un predio turístico en el municipio de Tierra Blanca, en Guanajuato, a menos de cuatro horas de la Ciudad de México.
Allí los turistas pueden practicar ciclismo de montaña, rappel, senderismo, paseos en cuatrimotos, tirolesa, escalada y muchas actividades más. La más destacada y extrema es dormir, a 30 metros de altura, en una hamaca.
Una vez que se ingresa al predio y se realizan las actividades a la hora de dormir, se puede pasar la noche en una cama muy especial. Tanto que para poder vivir la experiencia primero hay que deslizarse por cables de tirolesa.
El Salto. Un turismo extremo. Foto/Facebook
Una vez que hayan realizado eso, los turistas que buscan experiencias más extremas pueden quedarse colgados por horas a más de treinta metros de altura tanto para contemplar el paisaje o para dormir un poco.
Las experiencias de este tipo en El Salto tienen diferentes modalidades. En la primera se puede realizar un curso básico de rappel, en rutas que van desde 6 hasta 60 metros.
En la segunda opción el turista debe llegar por la tarde, se le servirá una cena ligera para después trasladarse a la zona de tirolesa donde pasará toda la noche disfrutando de la magia de las estrellas y la naturaleza. Al día siguiente se le servirá un desayuno para continuar con un curso básico de rappel. El costo de esta experiencia es de $2,089.
Con respecto a los cuidados durante la pandemia de la COVID-19, El Salto cuenta con el Distintivo Guanajuato Sano que asegura el cumplimiento de todos los protocolos de sanidad para evitar contagios.
El Salto. Un turismo extremo. Foto/Facebook
Qué es el turismo extremo
El turismo extremo implica viajar a lugares peligrosos y poco visitados, como montañas, selvas, desiertos, cuevas, cañones. También se lo denomina a participar en actividades peligrosas o eventos de diferente tipo eventos.
Muchas veces el turismo extremo esta vinculado con el deporte extremo. Ambos comparten la atracción principal: la búsqueda de la “adrenalina” causada por un elemento de riesgo; y se diferencian, sobre todo, en el compromiso y el profesionalismo de quienes lo realizan.
Mientras que el turismo tradicional suele contar con grandes inversiones, el turismo extremo requiere mucho menos para poner en marcha un negocio. Su atractivo es el contexto y la singularidad de la oferta.
Además de los destinos turísticos tradicionales basados en viajes, existen diversas atracciones exóticas, como los sobre vuelos en MiGs en Mach 2.5, el buceo en hielo en el Mar Blanco, o el viaje por la zona de Chernobyl o diferentes tours por Corea del Norte.
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